También conocido como Microscopio de Luz, el microscopio óptico es el microscopio más utilizado en las más diversas ramas de la ciencia, permitiendo la observación de objetos minúsculos, ampliando las imágenes hasta 1.000 veces. Su funcionamiento es bastante simple: la amplificación se realiza mediante un conjunto de lentes hechas de vidrio o cristal y una fuente de luz.
El microscopio óptico es uno de los más importantes para la identificación y comprensión de los principios generales y características especiales con respecto a la estructura de las células, tejidos y microorganismos. En resumen, nos permiten ver y estudiar cosas que serían imposibles verlos a simple vista.
Estructura básica y funcionamiento
Para que podamos ver algo aumentado, el microscopio óptico cuenta con un lente objetivo y una lente ocular, que está colocada en los extremos opuestos de un tubo, llamado «cañón». Este, a su vez, está formado por dos partes que se pueden extender o acortar. Este movimiento de extensión es responsable de la aproximación o alejamiento del conjunto objetivo ocular.
En la práctica, el microscopio amplía un objeto en dos etapas. La luz del espejo se refleja a través del objeto que deseamos ver en la lente del objetivo, que produce el primer aumento. La imagen producida por el lente objetivo se amplía nuevamente con la lente ocular, que funciona como una lupa ordinaria. A través de la lente ocular podemos ver la imagen ampliada del objeto.
La historia del microscopio
Uno de los primeros relatos de lentes se remonta al año 721 a.c., llamadas lentes de Layard. Eran objetos tallados, pulidos y tenían propiedad de ampliación. Ya las lupas han sido descritas a lo largo de la historia de la humanidad en muchos pueblos. Pero el primer microscopio apareció solo en 1595, creado por los holandeses Hans y Zacharias Jansen.
Al insertar varias lentes en un tubo, notaron que el objeto visto parecía estar agrandado, pero con un resultado diferente al que presentaría una lupa convencional. A pesar de la similitud entre ellos, cuando nos referimos a su invención, estamos hablando del «microscopio compuesto».
Los primeros descubrimientos realizados con microscopios fueron del Inglés Robert Hooke y del holandés Anton Van Leeu. Hooke produjo un libro con dibujos detallados de sus hallazgos en 1665 y fue el primero en utilizar el término «célula».
Leeuwenhoek comenzó ha producir sus propias lentes, con las cuales, por primera vez, fue posible ver y documentar la presencia de seres microscópicos. En 1675, fue el primero en describir bacterias, glóbulos rojos y la vida en una gota de agua.
No habría mejoras en el equipo hasta mediados del siglo XIX, cuando los grandes avances permitieron mejorarlo. El surgimiento de empresas como la alemana Zeiss fue fundamental, haciendo que los microscopios se volvieran accesibles para todos y, de esta forma, la ciencia avanzara.